martes, 13 de septiembre de 2011

Similitud de jardín y corazón.-


Sólo tenía para vino tinto barato.
Lustraba botas y sueños con betún.
Mientras, salías del teatro.
Merecías algo más que
Un champange para dos.

Cuando el odio lo consumió,
Lo redujo a cenizas de pergamino.
Había esperado mucho para eso:
Volar con la brisa...
Infiltrarse en sus pulmones.
La burbuja lo dejó sin cauce ni curso.
Eran tiempos de ríos subterráneos
Y chapoteos de línea de metro.
Un fútil presagio de agua en su zapato.

Se dormirían en unos veinte ciclos.
Tu piel es la nervadura
Transparente de una hoja
Encharcada.
¡Cuánto polvo!
Amantes que no respiren al sol.
Ella, desnudándose desde abajo,
Para no desatar lo sagrado de su cabello.
Ella lo miraba.
Corrí la cortina y me alejé de la ventana.
En la cuadrícula de un sueño, dibujaba
Lunares y rayitas del no-infinito.
Le temía a las cosas
(The voice, ses mots)
Que duraran mucho tiempo.

Como los demás ángeles hechos estatua,
Él también voló una fría mañana.
Las rosas murieron de congoja.
Similitud de jardín y corazón.

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