jueves, 19 de enero de 2017

Sobre la ineficacia simbólica.- (Diciembre 2016).-

Utilizar los símbolos como si fueran Otra Cosa.
La herida del facón,
El silencio del culpable,
La mirada del enamorado.

Revolver los sustantivos
Hasta tornarlos carne y pellejo,
Hasta que la polisemia no sea semántica
Sino dactilar, hojas de un pez, escamas de un duraznero.

Aferrar los adverbios, 
Hasta convertirlos en barro dúctil donde disponer un mundo;
Hasta convertir a Dios en algo distinto de un niño
Creado a propia imagen y remembranza.

Romper los verbos,
Perforarlos para que escurran toda su potencia-
¡Sus líquidos móviles!- sobre la cena
Ofrendada a los pueblos.

Desgajar cada adjetivo
A las horas de la siesta, para hacer frente
A un hastío que calcina las vejeces
Y mutila en silencio las tierras cansadas.

Cercenar los símbolos,
Hacerles sangrar su más pura y eterna muerte,
Para que se materialice en nuestras vidas
Algo más físico que las palabras que nos faltan.

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