Siempre me estoy yendo para ser.
Algo me obtura y me anega cuando tus ojos,
Ay, esta rabia que perfora mis molares,
Este mate que se enfría al borde de la gripe.
No aprendo de los portazos, de las púas que siembro,
De estos pies que miden más que cualquier distancia.
No aprendo del vapor en los espejos y mis lágrimas
Siempre en otras mejillas, siempre en otros lamentos.
¿Pero quién soy al borde de tu mesa?
¿Un comensal más, un asteroide más girando por algún sitio?
Maldiciendo la perfecta circunferencia que rompo
Yéndome.
Hace otoño, siempre lo hace, porque el calor
También enferma. Y yo quiero que me sueltes,
Que me caiga de una vez, si es que estoy
Para eso, hoja
En el poema, agua en el árbol, ¿cómo era?
Puedo flotar, aunque vos o nadie lo nieguen.
Puedo asentir despacio y hacer al vuelo
Una peripecia mayor
Que la mera supervivencia.
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