Esquirlas del presente te dibujan los perfiles
Como el fuego de una pira que se propagó hasta los astros,
Como el canto que rodó y se hizo mantra en otras bocas,
Como el rosario que sangró las espinas de todos los misterios.
Esquivas tempestades de luz oblicua me estaquean
Cuando tu compás se reabsorbe y se separa,
Cuando mi carne pone voz a esos quehaceres lamentados,
Cuando nuestra propia muerte nos cohabita más que las ausencias que menos echamos.
Esquinas olvidadas reuniendo nuestros pasos
Donde aquella ansiada respuesta promulga sus ecos inmemoriales,
Donde esa sonrisa dibuja otra vez mi tierra prometida,
Donde este latido tan mío se muda a tu pecho.
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