--- I ---
Desprendernos del
silencio.
Dejarnos rodar como
cantos en una colina cenicenta.
Recuperar una
libertad, un movimiento, un glifo sellado al borde del abismo.
Tragarnos, carbón a
carbón, todo ese dolor enquistado.
--- II ---
He visto al interior
del precipicio. No te he nombrado.
He soñado los símbolos
del tedio. No he negado mis sándalos.
He vuelto a la vida,
al menos por un rato.
No consigo hallar la
diferencia.
--- III ---
Resolle quien pueda.
Esta noche, botón de
eternidad, brutal pantera desperezándose.
Quién pudiera susurrar
en el vacío hasta irrigar sus propias calas
Y dormir todos los
relámpagos, como si no hubiera mañana.
Y tiritar todo el día,
a sabiendas de la trampa tendida.
--- IV ---
Blanca sequedad,
envase vacío que se astilla y se fragmenta
¿Adónde vas, rostro
pesado, a desintegrarte bajo algunos labios?
Mira la gente pasar,
sopesa las tenues -¡evidentes!- circunstancias;
Mira crecer la
angustia como a un hijo,
Ponle un nombre amable,
Dale el color de tu
deseo.
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