Un universo de
pocas palabras,
Una atmósfera
de dudas que abrasan.
El agridulce
tacto de la corazonada,
El empuje
siniestro y exacto de tantas visiones.
Todavía hay
palabras en el umbral.
Sin ser de este universo
Pero queriendo entrar,
Queriendo calentar,
Empujando.
El futuro
puede ser un galgo tísico
Meneando la
cola, hocico al piso
Siguiendo no
sé qué rastro.
O una camisa
de inmensas mangas
Que, de
repente, queda muy chica.
Pero hay algo
de presente en este sol
Esquivando las
nubes, en esta eterna siesta
Que no
dormimos, separados.
Todavía hay
calmas sublevándose en nosotros:
Roces que existen
Más allá de sí mismos,
Aunque un poco no existan,
Enroscándose,
Víboras tranquilas.
Quiero caminar
otra vez bajo el diluvio
De lo
inminente, quiero
Asir,
doblegar, esa última sombra
Y ponerla de
rodillas hasta que escupa
A titubeos y
traspiés
Toda la luz
que se tragó.
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