Con los ojos secos y en el fondo de mí
Un niño tiritando, en exceso despierto,
Siempre arrastrado en vorágines ajenas.
Puedo decir con amor suficiente:
Esto que ustedes desean no es mi camino.
Puedo girar sobre mis talones y regresarme
A mi dócil rumbo de quietos menesteres.
¿Entonces, por qué aún no lo hago?
¿Por qué me quedo en esta multitud de cicatrices?
¿Por qué me aguanto el hierro caliente
Marcándome día a día donde no merezco?
Desconfío de esta soledad y la simpleza de su poema.
Más bien, confío en que lo que habrá
Será seco y será tiritando, pero también
Será sin marcas que no merezca.
¿Entonces, por qué aún no lo hago?
¿Por qué me quedo en esta multitud de cicatrices?
¿Por qué me aguanto el hierro caliente
Marcándome día a día donde no merezco?
Desconfío de esta soledad y la simpleza de su poema.
Más bien, confío en que lo que habrá
Será seco y será tiritando, pero también
Será sin marcas que no merezca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario