jueves, 21 de enero de 2021

Inminencias.- 21/01/2021.-

En un tiempo de núbiles paseos de indolencia, 
Nos hermanó la sangre 
Un Cristo de tropezón, desparramó 
Sus bendiciones en un suelo estéril. 
Nos cortajeó las mejillas y el futuro 
En su súbita denuncia a los espejitos de colores 
Aquella voz en pausa que se agitaba 
Desde nuestros pozos de aire. 

No sé si fui yo o esta resignada alegría 
Lo que fue dibujando contornos de tiza 
A tus egoísmos avalados 
Y mi poquísima corona para tanta cabeza. 
No sé si fue mi hartazgo o la esperanza 
Quien oprimió el gatillo de lo evidente 
Y extinguió los elefantes blancos en el dormitorio 
Apestado a humo santo y despedidas. 

Volví a sentir en mi carne 
Cómo la tormenta de cicatrices repetía itinerarios 
Y en el fondo eran de cal las manos que acariciaban. 
Esta vez no encerré la jauría de mis dudas: 
Que velen aullando y purifiquen a mordiscones 
Lo que no pueda vivirse y lo que se nos haya muerto.

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