jueves, 21 de octubre de 2021

Un ala para Ícaro VI.- (20 Y 21/10/2021).-

 

XXXV. Este módico milagro
Que me pedís prestado para no devolverme,
Que te robo a plena luz para mantenerme inocente.
Ya sabemos que lo duplicado no es igual a sí mismo:
Lo que no somos también juega su rol en la trama
Y desteje el tapiz de tu anhelo a futuro incierto.
Pero cuando te habito por dentro,
Tu temblor ilumina
Más que cualquier fuego.

XXXVI. Cada tanto, tu hambre me inventa otra vida.
En un mundo de posibilidades, tu espejismo
Es la verdad dibujada en la arena de mi sueño.
Lo que encuentra calma en mí es un borde
Para tu invasiva indiferencia.
Si opto por desmembrarme, resucito
En el pozo de tu mirada.

XXXVII. No me aguanto que quieras sostener
Tanta parsimoniosa piedra doblegando tu espalda,
Ni que hagas de los recuerdos una hoguera senil
Ante el irreversible peso de la nostalgia,
Ni que dudes la verdad de tus huesos gritándome
Que a mí no me calienta
(Si supieras cuánto me quema).
Algo en lo fortuito de tu regreso
Me encadena a mis propias alas.

XXXVIII. Besame como quien prefiere no despertar
De esta quietud feroz, este terremoto tibio,
Este eterno crucigrama de domingos indelebles.
Ya es lunes y una vorágine de salivas ajenas
Nos humedece bajo las camisas.
Ya es hora de admitir que el tedio
Es más rencoroso que la pena, que solo fuimos
Un gorrión alicortado
Suicidándose en la nieve del deseo.

XXXIX. Me has nombrado como liberándome
Del laberinto de buscarte. Yo también
Te he puesto un nombre, un ancla de desmemorias.
Esta última noche, en las opacas nieblas del insomnio
Me pediste que tarareara la canción
Con la que soñabas de niño
"Bájame la lámpara un poco más".

XXXX. Hiciste tu hogar entre mis cosas,
En las ropas que no uso, en los perfumes
Que no puedo tocar, en varias melodías.
Hiciste un pacto secreto con mi propia ausencia
Para que me espere despierta cuando te hayas ido.
Ahora, con los restos que te quedan,
Hacé un fuego fatuo, un abrazo prometido,
Un tatuaje de silencio sobre nuestros labios,
Una última penetración de nuestras carnes frías
En el cálido océano del olvido.

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