Controlas el juego
Como un gran estratega,
Con el gesto perfecto, gris, comedido.
Controlas la risa, el rubor, el tintineo de tu cascabel.
Te sirves del silencio como del champange,
Hasta el punto donde tu emoción se fragmenta.
¿Qué queda de tu noche, del dolor de espalda, de la
sobredosis material?
¿Dónde se detiene el peso roto de tus cadenas,
El brillo estéril del metal que pules mientras
Tu lengua vapulea?
((Te pido perdón))
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