Te llamo a
bocajarro, a quemarropa,
Murmurando
ecuánime, exorbitante, enojado.
Te llamo
como se llama al contestador de un teléfono
Y después
de una señal, te lleno el hambre a pitadas de humo.
Te llamo
porque llegarse es una forma
Tremendísima
de marchar por la otra vereda,
Con la
frente bien levantada pero la mirada al adoquín
Para no
volver a pisar mierda. ¿Vio usted? ¡Cuánta tragedia suelta!
Como te
vuelvan a nombrar, te borro
Del
diccionario, de la guía telefónica, del amor
Al por
menor. Se acaba la línea que divide mi hartazgo
De una
patada mía a tu traste, bien dada, de puntín y con saña.
Date por
aludido, carajo, que hoy quepo
Mi cuerpo
entero en toda una pequeña tinaja.
Y, podría
decirte, ya que te llamo: podría decirte, antes
Que el
mensaje corte de prepo, podría decirte que te extra-
No hay comentarios:
Publicar un comentario