jueves, 27 de agosto de 2015

Marchitamente descuidable.- (27/08/2015).-

No se trata de un hurto, 
Nadie quema mis huertos,
Jamás profanaron mis muertos.
No es eso.

Hay tanta palabra que no digo,
Tantas ideas concatenadas al silencio.
El cuerpo es el garante que malpaga los platos
Rotos de esta fiesta triste.
Las materialidades del ser se ahogan
En el río de la existencia.

Proteger de más implica cuidarse de menos.
No soy tu invernadero, ni tu clima ideal,
Ni una musa que se desnude en paraísos para tus ojos.
Tampoco se puede borrar aquello
Que hemos escrito entre la piel y la sangre.
Las hojas del otoño son marchitamente descuidables.

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