Avocarme a las eras de mi cuerpo,
A las mitologías de lo que fui y seré:
Mi consciencia hecha materia.
Los viejos sabios no mentían,
Dejaré entonces que los procesos sigan
Su vaivén natural de estaciones.
Recurriré a las viejas hierbas del monte
Para limpiar las más ancianas heridas.
Daré uso a mis pies, (in)tensión al cuerpo.
Liberando de mi destino
Esos pasos que até a la banquina.
Disfrutaré la ventajosa victoria, la tajada
De horizonte que guarda mi nombre.
Me transformaré en todo, polifacéticamente
Mas seguiré siendo yo mismo.
Me reencontraré en mis ancestros de pelaje y hocico.
No negaré jamás mis emociones.
Esta lágrima puede contener un dulce secreto.
El llanto que me pare es lluvia copiosa,
¡No un inocente rocío!
Si esta pena es parte de mi vida, aceptarla
Es vivir más entero.
También se puede llorar de alegría.
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