Mi identidad puede expirar
Como una lata abollada que ya no conserva
Ni el metal que se le clava.
Mi identidad, manso reducto
De someras pretensiones,
De infantiles somnolencias,
De joviales embrujos,
De reivindicativos adioses.
He perdido el norte,
El alma mater,
El sentido de orientación se buscó otras baldozas.
No sé del piano ni de las patas
Desvencijadas del sofá donde dormía la siesta de niño.
Ya no recuerdo las rimas con las que entretuve
Mi precoz ruptura
De pupitres y tizas,
De paciencias, paredes, límites
Cartografiados sin convicción adúltera.
Me voy perdiendo en la tinta que se borra;
Marcho con el soldadito y el aplomo por piernas.
M e d e s g a j o e n l a s e n t r a ñ a s
De la misma tormenta que me parió
Para secarme de otro espacio y otro tiempo
Las conflagraciones de (¡estos!) versos interrumpidos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario