viernes, 4 de marzo de 2016

Borrón y codo nuevo.- (Peces amotinados en un cuarto de hora estival, 2016).-

Eso que fuimos tapa a pinceladas
El mundo estallado que nos dejó atrás.

Eso que podríamos haber sido,
Enredado en el cuadrillé de una camisa trampera.

Quizás sólo seamos una persiana que se baja,
Abrumadoramente, de golpe, para proteger
Del granizo los cristales del sueño.

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Hubo un océano una vez, aquí
¿Lo cruzaste antes de que se secara?
Hubo un milagro rondándonos todo este tiempo
¿Simplemente se acabó, como las lluvias estivales?
Hubo un instante para disparar al futuro
En el mismísimo punto donde nos hubiéramos encontrado.

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Se resquebrajan los fantasmas,
Quisiera poblarte de nombres y de írises
Los colores que se te desgastan en los días

Escúrreme la sangre.
Tápame las heridas con hierbabuena y tomillo.
Articúlame un tobillo, una espinilla
De pescado ecuestre marinándose para mí.

Ya no interesa en qué mundo estés,
Qué reino proclames, qué ilusiones construyas:
La disciplina corporal de ponernos en marcha.

Voy encaneciendo mis libertades.
Voy ignorando con un ademán tus débiles defensas,
Lo excéntrico que alguna vez te esgrimió destacable.

Ingiero a breves sorbos mi cuota de vida,

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