miércoles, 16 de marzo de 2016

Cu(o)re.- (16/03/2014).-

Si me curo, ¿Qué difiere?
Si trastabillando, sano de todo ¿Qué restará?
¿Dónde queda la diferencia entre lo aséptico y lo escéptico?
¿En qué margen se arrincona la vida?
¿Qué sobrevivirá de mí cuando acabe con lo enfermo,
Con lo tullido, con lo moribundo?

¿Habrá pieles nuevas, mancebos de luz acuclillándose
Ante un altar sacrificial?
¿Se hará una leña distinta para esta pira mortuoria
Que son mis días?
¿Acaso, reaparecerán las fotografías y los vestigios de sueño?
¡Oh, quizás no debí haber hecho
Mi tímido hogar en la piedra que detenía mi camino!

Pero tal vez, -sólo tal vez-
Haya sido esta extraña roca quien asegurase mi propio paso,
Mi certero tropiezo, mi carne hecha peste.
Pero hecha algo a fin de cuentas.

Pequeños insectos se apiadan de mí, 
Compartiéndome sus botines de carroña,
Sus migajas arrancadas de mi propia piel.
Los latidos de los hospitales
No retumban en los mausoleos.

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