Nos pasamos, como obsesos,
Vos los días / Yo las noches.
Tritones fileteados en la antesala hepáticaDe una realidad-japonés que convierte todo en susho.
El tiempo que marea las estaciones
Hoy nos regala el mismo sol y prende el horno
A nuestros pies de judíos transhumantes,
Ladrones, como perros que se han perdido en nochebuena.
Ya lo dijo Úrsula, que los años no nos vienen
Como antes.
Y si es otro el vals que te trastorna, tené acá,
Mi tenue voz de caracol.
(¿)Yo qué sé de callar lo que no debo, (?)
Te sugiero que descanses las memorias.
Jamás seremos indemnes al olvidoAjetreante, mítico, proverbial
De nuestros propios pas(ad)os.
En un charco de congoja hago el arroz
Que ayer me alimentó, cuando era anciano.
Tené por fuertes estas manos borr/(h)achas
Que catatonian tus troleras traducciones.
Y vos, que sólo hablás del estío que la sombra (no) hace al árbol,
Fabricás con tus pulgares entrampados
La cinemática de un níveo
A-cierto-pelado puñal, seductor y puñetero
Que jamás hemos usado (ni volveremos a usar).
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