Silencio de redonda.- (Ajetreo mitificante; 09/02/2017).-

He optado por no buscarte, por no esperarte, por si así volvés.
He optado por dejar de acercarme a tu capilla ag(n)o(st/n)izada,
A tus jardines floridos de especímenes ultraterrestres.
He optado por el cadmio y las cerezas, el hueso dorándose sobre mis costumbres.
He optado por el mutismo nocturno en plena tarde, para no disimularme tu falta.
Te transformé en la piel abandonada de las serpientes, sólo para poder acariciarte.
He elegido el último de tus suspiros para que no me abandone el aire.

Para que te quedes un poco conmigo.

Fuera de las plazas púb(l)icas donde nos cruzamos
En pleno baile de máscaras, pero desnudos, dispuestos al cataclismo.
Todo se marchita de tanto brillar, el mediodía
No sabe jugar a la escondida, descuartiza las sombras y luego,
Poco a poco, las extiende a secarse, como cadáveres.
In+ten(t/s)o no adivinarte corriendo calle abajo, parado
En una esquina, mirando un gato en un balcón, o un borracho
En el pasar de un charco.

Es que recién nos estábamos (re)presentando,

Haciéndonos mimos payasescos. 

Un Otro no es siempre el mismo Otro, mírame bien:
Una elipse se emancipa de su recorrido astral
Y conquista, sin proponérselo, un nuevo trazo.
Dame el vino que antaño (no) bebieron, estoy lejos, dame calor
Que muero de hastío. Discu(t/rr)amos el universo,
O simplemente fecundemos otro entre las sábanas.

Tensas tus silencios musculares,

Quieres abrazarme, recibirme entre tus muslos fuera del tiempo.

¿Qué te detiene?

Los actores siguen pasando, vuelven de sus trabajos, admiten sus adicciones.
Me cuesta pensar en ciudadanos, en humanos, en más que burda escenografía
Cuando hasta el sueño me impide acariciarte. 
Espero que hayas accedido, pícaro eremita de los escalofríos
A llevarte mi calor cuando te pi(a)ntaste

Fuera de nuestra línea.