Hombre que apaga la lámpara para que haya luz;
Niño que juega silencioso con mi alma entre sus dedos;
Labios que sellan mi beso para que exista el color;
Voz que se quiebra, dubita, se pare aunque haya pena.
Pena que restriego en mis cansados textos;
Color que aún proclamo para que mañana tengamos futuro;
Dedos que entrecruzo caminando con vos por las calles;
Luz que dejo encendida por si algún día perdés tu camino.
Camino que silbo hacia tantos horizontes, hacia donde llegue mi voz;
Calles que guardan tu perfume, esquinas con el roce de tus labios;
Futuro que no temo, imaginándolo con esperanza de niño;
Textos que escribo despacio, jurando mi ser, aunque sólo sea un hombre.
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