Apartémonos del mundo.
No lo soporto.
Con un poco de suerte
Me desharé mientras todo duerma.
Así pudiera dormir yo, arrojado en esta bruma
Que solloza y desespera.
Déjame llevarte, como a un té,
Humeando a la cama.
Llévame del brazo hasta el altar,
Que ya no me importa ser sólo un sacrificio
A este marfil lento que planea tragarse el universo.
Todavía no logro aprehender
Esta quietud que te sacude,
Este frío acribillando tu piel hasta el sudor.
Todavía me queda suponer esperanzas
(No tenerlas, como a una estufa o a un desayuno completo)
En que algo se resolverá si me esmero en descifrar
Qué busco.
En algo que emergerá del silencio
Como una voz que incinera la zarza
Que habla por ella.
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