lunes, 30 de julio de 2012

Oxígeno II


Fuerte, espíritus de árboles enraizados al aire.
Las noches, tan dulces, espaldándome.
Yo no era más que un tenue cuenco
Oradado en las aristas de mi fenecer.
No podías –solo, vos, tan contracturable-
Estirarte al horizonte y robarle una espiga.

Wellcome life, Darling. Te dije cuando amanecí
En tu mejilla, aferrado a tu vientre emperador,
Feroz guerrero de los bosques astrales.
Luces
Yo saboreé

Tu boca.
Oniricánticos, despertándome en tu entrega.
Goteando la miel pura no concebida.
Entre pecho y pecho, dos colibríes,
Temblando, juntos, acurrucados.
Heme aquí, alma libre, convocándote
En esta oda sin cuerdas ni tabaco:
Respiremos juntos; uno, dos, tres.

No hay comentarios:

Publicar un comentario