jueves, 8 de noviembre de 2012

Fiebre de río, de medianoche.- (26/09/2012).-


Con esta fiebre de río,
Con que despierto a medianoche
Abrazando el contorno fugaz de tu ausencia.

Con estos besos dejados,
Como gatos tristes, por las escaleras,
Donde cayó mi ropa cuando no me la quitaste.

Con esta desazón temprana,
Con este sueño de trasnocharnos
-Entre párrafos y versos- el cuerpo y el alma.

Con esta tierna mansedumbre
Que campanea si beso tu pecho
Como si fuera la misma tierra donde he de vivir.

Con esta costumbre errabunda
De inquirir al destino, a las cartas,
Las lunas, las líneas de tu mano, las estrellas…

Con esta fiebre de besos dejados
A la orilla del río de tus piernas fugitivas,
No pienso más que en nuestros tiernos contornos.

Con estos gatos insomnes
Que maúllan inquietos en las escaleras,
En cada rellano o pasillo que te besé a escondidas.

Con estos versos tristes de mi mano,
Temprana costumbre de inquirir a la tierra,
Sobre las lunas mansas de tu sueño, trasnoches de tu alma.

Con estas errabundas campanadas,
Medianoche de ropas que no nos quitamos,
Releo las cartas que te escribo en silencio,
Acaricio los dijes que ataste a mi muñeca,
Cuento los días. No fumo. No bebo,
(Y tu papá me toma como ejemplo por eso).
Tal vez en tres noches
-Con esta fiebre de río-
Nuestros cuerpos se unirán en un abrazo.

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