Sobre el
pizarrón oscuro del espacio,
Se dibujan
las existencias núbiles,
Parpadeantes,
De algún
modo concatenadas
En el hecho
de ex-sistir.
Me das tu
mano y tiemblo,
Los rayos
dibujan tu cara
Como en un
cine en degradé,
Yo, siendo
muy niño.
Siempre la
guía en el punto más recóndito,
Más
obtusamente al sur,
Enclavándose
en las carnes,
Haciéndolas
sangrar, virar, romperse
Sobre el
triste cielo de noviembre.
Sádica
tortura, golpe misógino,
Arrastra
con la fuerza de sus músculos
Rasgados,
mi esencia, rasgada,
Como un
ancla al charco profundo
De las almas-océano.
Algo anda
mal,
Como los
centímetros que aflojan,
Desprenden,
ultrajan,
Tu
milésima, ese botón que salta.
A la vista,
salta que algo no…
Me han
llevado la lengua,
Fugitivos,
la arrancaron por la noche,
Entre un
beso tuyo y el polvo.
Pero no
bastaría con decir.
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