martes, 10 de mayo de 2016

Borrón y codo nuevo.- (Des+Mayo 2016).-

--- I. Des-o-copados. ---

La vida se diluye en una copa.
Damos vueltas como un limón rebajado a limosna,
Que, con timidez, evita golpear el cristal de en frente.

Siempre estaremos así, 
Cada uno escatimándose en su mundo,
En la densidad de sus nieves.
Cuando se borra la bruma y la costa, tiernamente,
Entiendo que seguimos ensimismados.

Quizás sea como una contractura anidándose en mi espalda,
Como la última escena de un sueño aterrador que me desvelará mañana.
Como un dolor intenso, servido en los hombros cual capa gentil,
Atropellándome de remordimientos los silencios.

Pesará y se pasará, sí;
El flujo de mis ideas y latidos
A contracorriente de esta inmensa carne putrefacta. 
Los hijos de la luz, 
Atinando a desmembrar alegremente mis retinas.

¡Ayuna de mí, si tanto proclamas!
Apúrate el odio y los sopores del enojo
Enraizados en las venas.
Te dispararé palabras hasta deshacer tu rostro.
En tu sutil decisión a cerrarte
Maduró mi previsible voluntad a abrirme.



--- II. Re(a)prendidos.---

Desgajarme a razones hasta hacerme reaccionar
Cual murciélago a la luz,
Como leche al punto hervor.
No temo volver a la senda,
Es mejor saber que aún queda un cielo a sembrar.
La mayor condena será no creer en las magias,
No lograr sumergirse en las nubes.

Bien dijiste:
Hacer sangrar al sol no es mérito, caballero.
Pero dormirse toda la vida, tampoco.

Aquella vez crucé el diluvio entero
Sólo para verte.
Hoy veo tu faz, también entera,
Sólo para olvidarte.



--- III. No S.O.S. ---

Me gustas porque vuelas lejos y puedes volar.
Porque te has arrastrado fingiendo salud en tantos burdeles.
Porque el espasmo de tu piel, exagerado, casi fingido,
Tenía un sentido suave y penetrante detrás.

¿Quién fuiste en todo el amor?
Pelota que sigue su curso entre paredes y golpes ajenos.
Victimario de un azar fúnebre, de una siesta con puñal tatuado.

Arranco de este cuaderno los trozos de mí.
¿Te basté?
Quisiste mantener con vida al más suicida de la cuadra.
¿Nos aguantamos lo suficiente?
Respiro la polvareda de nuestros laberintos.

¿Lo recorres, dormido, desde otro lecho?



--- IV. Anorexia piadosa. ---

Contemplo desde afuera el cuadro:
Esta fiesta a la que me invitan y no accedí, 
Estos dioses que nombran sin reconocerlos,
Estos comienzos de cuernos de abundancia,
Zurcidos con morbo a mis ansiados finales.
¿Beberé complacido de tu tímida absenta?
¿Me aterraré en las arenas movedizas de tu hermetismo sin futuro?

Me acurruco en un vacío tenuemente, lánguidamente,
Como un suspiro o un rastrojo de cenizas.
Adentro, crecen los maizales como dragones esmerilados y taciturnos.
Las llagas sa(cr/nt)ifican; estas llagas recuerdan
Los carozos y huesitos que leyeron nuestros antepasados.

Pero hay manzanas que ruedan lejos de su banquete.
Y afuera el niño que fui duermo, sin saber que moriré de frío.

Somos el hambriento deseo chillando en las vísceras.



--- V. Aunque no lo admita. ---

En un banco del parque hice un duelo por vos.
Facilité tu entierro bajo el árbol que fuimos.
Y hasta al propio árbol, tan estrellado de sueños,
Permití que durmiera una siesta sin retorno.
Alcancé una pelota (esa tarde donde te despedía)
Y sonreí coonteniendo el llanto a ese niño que no tuvimos.
Acuné mi desesperación, en cambio, modesta y suavemente
Como a un viejo recién nacido.
Me aferré al viento fresco, al sol,
A las lentas prisas de llegar
Al punto más remoto de mi propia historia.
Te dejé partir, mis manos tambaleaban firmes y resueltas,
Sin recelo a las fracturas de mi ser.

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