Una patada de vida.
Bocanadas de agualuz haciendo vaho en los cristales,
La fiebre de un error corporizado en gato pardo.
Un absurdo se anuncia cual amanecer de gallo
En el miocardio de una metrópolis.
Respiro por mi garganta cercenada.
Son las falanges cortadas las que mejor tocan el piano:
Tanta amputación emputeciéndonos las noches,
Mi mismísima escoria firmemente arraigada a este cadalso.
Tu mano agita el bisturí, guiando la batuta.
Broncoaspiro esta paz de cripta rococó,
Eructando sonetos culposamente ingleses.
Mi pañuelo zozobra pura brea y coágulos felices...
Podrá ser blanco, qué importa,
Si el sueño destiñe el café en todas las misivas.
Ese dolor sánscrito de tímpanos,
Escapándose entre las prostitutas y los monaguillos;
Esa parsimonia de naufragios educados,
Toda una confusión de moros y crisantemos,
Obra lactante de verdugos confesores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario