Desmemoriado, me voy rompiendo contra los muros
Una corriente de aire seca mis ojos,
Disuade lo que grito (lo talla en mi angustia, en mis riñones)
Me aleja este orbe que me sacude violentamente,
Para deshacerse de mí, que simbiotizo enfrentados,
Que oreo el pudor y las culpas para volverlos palomas.
Toda alucinación fue alguna vez un re+cuerdo
¿Oigo que llaman a una puerta?
Afuera, no para de tronar una radio
Atentan contra mí a papeleos y martillazos,
Me exoneran el vagón de la siesta, las marcas de tu labio
En una taza (mi piel, otra taza pero por dentro, desesperada
Por lo llena, si no la vacías, si no la rebalsas)
Debajo de mis muelas, un constante juicio vive
Involucionando las penas y apagando los prematuros relojes.
¡Tómame la mano y vete!
Te sacudirás sin mí el polvo de las elevadas caídas.
Sin embargo, no podrás librarte de la inyección de existencia
Que clavé en tu pecho, desde otras tierras,
A virote de ballesta sincericida y a fuerza de morirme
Un poco más, contra tu desnudo tapado de caligramas.
Yo, el mejor perdedor, recogeré la pelota pendular
Que estuvimos pasando, de un lado al Otro,
Sobre la red pedregosa que nos divide y localiza, como símbolos.
Te perpetuarás tan soledad de islote, y yo restañaré tan aburrimiento pampa.
Nos conjuran a estar solos los barrotesDe las cárceles por fuera, coincidentes
Casi sin proponérselo (consultándonos, pero en silencio)
Con las cárceles por dentro.
Me condenas a una lluvia que me salve, que me mantenga
De este lado, contra tus costillas, a merced de tus repeticiones.
¿Te has espantado? Titiritero que descubre los hilos
Que le tiran de las muñecas, de la cervical y las sacras
Preguntas que daba por respondidas.
Ambos jugamos nuestras cartas, estampándonos un poco;
Nos hermanan los difuntos consensuados,
El precio de nuestros testaferros,
Las sombras chinas que hacen volar al conejo y maullar al perro.
Todo se derrumba en un suspiro (las defensas, el pavor,
La bastarda indeterminación del sotavento que tr(e/a)nzamos)
Pero algo se mueve, vivísimo, entre los restos.
Este papel amar+y+yo, arrancado
Se volverá un denso bosque fernético
En la humedad desértica de tus reminiscencias.
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