De nuestros propensos sexos, tumbados
Contra el Cielo de constantes desplomos.
No importa si ajadamente se ostenta
-O se machaca ob(a/e)lísticamente-,
La floriosa alcurnia de todas nuestras singladuras
Se tratan siempre de (de)posiciones,
De golpetear los despojos hasta sacarles
Sus luminosos ecos samsarinos.
Abierto a tantas fabulaciones,
Seré quien viva por adivinarte la espalda a caligramas.
Correrás, preso de la conservación endémica
De todas nuestras reiteraciones.
Como testigo póstu(m/l)o, omnisciente de mi sangre
Tirarás, como quien arrienda
Una convulsión de luciérnagas alucinadas.
Seremos cristal siendo la arena sin refinar de las
Atestadas, retiradas playas.
Me geminizo para hablarte, no me oigas:
Para tu lado, Apolo endorreal (de)constructor de orbes;
Dionisio esquizofrénico de musas, para adentro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario