Rech/azas a la noche tres o cuatro minutos
Antes de que se apague tu fuego.
Lo que mira(n), lo que da(s),
¿Vale todos los silencios?
Taxativo para tantas cosas, de esta
Me (abs)tengo (de/que) retirar, se hacen los diluvios,
Nos conocemos en la (in/e)t(ern/im)idad, la pelota que siempre
. . . . . Rep(l)ica.
Sentirte, sí -¡quizás sea preci(o)so!- pero servir al cementerio
Real, a la Ac+a(d/n)emia, es una fría resaca, un(a) coma
Prenatal, nunca (e)nu(n/p)ciada.
Trazan tus falanges de moho una cruz de lavand(in)a
(En mi frente pensante, en este pecho-pregunta)
Pero a mis labios achacosos, sólo (c/j)úralos
Despacio, con un dolor de igual a igual.
Mientras yo me ahogo en plena call(e/ar)
Y el mundo me da vueltas encima, pajarito en picada.
¿Somos varones, mamíferos, cordados? ¿Somos rulemanes,
Tuercas flojísimas, aceite de engrasar la s(o/u)ciedad?
Pero hay partes del ciclo donde florecen las plagas de jazmines
Y en alguna vereda, te retenés contra algún poste (¿Ese es mi cuerpo?),
Y ya ni el hacha de la rutina nos corta de esta locu(r)acidad,
Y me di+vierto en tus búsquedas (¿Fui yo ese cigarrillo?),
Y me ex+cita un poco si me mal-dices.
He ju(z)gado en otras bocas, con tu aliento.
He me(n)tido un puñado de sal, en tu costado.
Catedral de los profetas, no te levantes (ni a saludar),
Ni por las pequeñas calaveras que guarda nuestra saculencia.
¡Yo no divido esta carne! / ¡Una mitad es siamesa de tu (c)alma!
Y le encanta incordiarte, contra las cuerdas.
¿Será que te apre(he)ndiste a mi, a estos ritmos tendenciosos?
¿Será que sos festín cuando tengo sed? / ¡Y jamás hay vino!
Me enrojeces a+man+chones toda la habitación,
Te hora/das como en el agua, extenso
En este abrazo ominoso, o minado.
Mi (o)diosa de las juventudes, Des+Tiempo:
Estos segundos que me das, mirándonos,
Tire y empuje, que somos puertas.
Ya habrás entrado, pues, como el polvo en la luz
En mí te fundas.
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