Acciones sobre el otro,
Donde todos somos trapos o muñecos de trapo
De alguien más. Me duelen las rodillas de tanto
Trepar esta distancia absurda y pobremente explicada.
Ya no quiero ser lívido ante las cosas.
Ya no soporto estas estalactitas rapaces,
Arrobadas en el inmenso placer de atravesar
Mi mente. No podrás
Robarme lo que no tengo, no podrás
Robarme lo que ya me has robado.
Predicciones, deducciones, polillas enormes
Como clavos traspasando ambos empeines sobre un crucifijo
Del cual tu palabra me baja, exhausto.
El escuálido balbuceo de las horas, cadenas
Que nos liberan del purgatorio.
En la piedra roseta de tu habla, una vocal
Salta camuflándose de brisa. Torpes instrumentos
De medida con que tratamos de atisbar el pecho
Ex/acto. Una sustentable carne nos canibaliza
Los viernes profanos. Una mirada
Podría rescatarme de un precipicio, quizás prefiera caer
Hasta que se templen mis alas;
Mientras cueces las mandrágoras y yo cuelgo
Los muérdagos, siempre un niño
En la comisuras de tus ojos cortacebollas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario